domingo, 13 de enero de 2013

Deseos

Y aquí estoy de nuevo, sola en la cama, sin más compañía que la que proporciona el silencio de la noche. Hace apenas unos minutos que llegué a casa después de otro sábado desaprovechado en todos los aspectos posibles. Nada especial, nada que destacar, nada digno de mención. Ni tan siquiera el generoso escote que se dibujaba entre mis pechos sirvió de nada...

Me siento en la cama y comienzo a desvestirme, desanimada. Sin saber muy bien por qué, me acuerdo de ti, te adentras en mi mente. Me tumbo y arropo mi cuerpo con las sábanas. Y decido que, si nadie ha conseguido hacerme disfrutar hoy, tendré que hacerlo yo misma.
Cierro los ojos y comienzo a fantasear. Te imagino a mi lado, tras mi espalda; yo tumbada de costado. Poso mi mano derecha sobre mi vientre y comienzo a acariciarlo tímidamente. Fantaseo con la idea de que es tu mano la que roza mi piel, la que, poco a poco, se va abriendo camino bajo mi camiseta y se dirige hacia mis pechos, disfrutándolos con suma delicadeza. Un ligero escalofrío recorre mi espalda e inevitablemente me estremezco. Sonrío. Ojalá estuvieras realmente aquí, junto a mí, haciéndome vibrar con tan sólo acariciar mi piel suavemente con tus dedos. Entonces éstos se detienen en mis pequeños y sonrosados pezones, que rápidamente reaccionan al contacto con tus manos. Y mientras una de ellas continúa en esa tarea, la restante se aventura a bajar...
Puedo sentir el calor bajo mi piel, el creciente deseo que me acelera...  En un momento dado, mi mano (aunque la sienta como si fuera tuya), se adentra en mi holgado pantalón de pijama y comienza a acariciar la parte interna de mis muslos. Mis ojos continúan cerrados, mi boca semiabierta, mis labios sedientos de ti. Y, finalmente, comienzo a acariciarme sin borrar tu imagen de mi mente. Puedo adivinar el deseo en tu mirada, sentir tu aliento en mi nuca, tu creciente excitación contra mis redondeadas nalgas. Y el ritmo de mi mano comienza a aumentar cada vez más. De mis labios se escapan gemidos ahogados, que no hacen sino acrecentrar mis ansias de continuar. Y, casi inconscientemente, introduzco mis dedos dentro de mí. Noto la humedad, siento el palpitar, y mis dedos comienzan a moverse despacio, con suavidad. Con cada movimiento, noto que mi cuerpo pide más, y deduzco que ha dejado de conformarse con ese lento vaivén que, si bien me hace disfrutar, ahora me resulta insuficiente. De modo que acelero el ritmo. En mi mente, tu boca besando mi piel, tu mano libre acariciando mis pechos desnudos...



Tras unos minutos de continuos movimientos, finalmente termino retorciéndome de placer. Llegando al punto más alto de esta montaña rusa de sensaciones...
Y tú, sin tan siquiera imaginarlo, me has hecho disfrutar como hacía tiempo no disfrutaba.

10 comentarios:

  1. Mujer Mundo deberías pasar las noches sola pudiendo estar en mi cama, sintiendo como mis labios se pierden por tu cuello, como hago delirar a tus sentidos con mi buen miembro viril, necesitas un buen hombre y ese puedo ser yo ;)!!! "amante"

    ResponderEliminar
  2. Hola Ana. Me ha gustado mucho tu relato. No voy a caer en la simpleza de que me hubiera gustado ser cooprotagonista del mismo, porque eso creo que es evidente. Pero, te pregunto, ¿te gustaría que lo continuara con un añadido mío? Un beso y sigue escribiendo.

    Un tímido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! Gracias por tu comentario. Sí, claro. Mantenme al tanto!

      Eliminar
    2. ¿Cómo doy continuidad a tu relato, lo escribo como respuesta, debo mandarlo a una dirección de correo electrónico concreta...? Perdona mi ignorancia :-)

      Eliminar
    3. Mándalo a eroticaanna@gmail.com ¿Quieres que luego lo publique?

      Eliminar
    4. Una vez que lo escriba para ti, tú eres quien decidirá si te gusta y si merece la pena publicarlo. Por mi parte tienes libertad absoluta para hacer lo que quieras, incluso para tirarlo a la papelera virtual :-)

      Un tímido.

      Eliminar
  3. Este texto está claro que habla de que imaginas a un chico (siento su creciente excitación sobre mis redondeadas nalgas). ¿Podrías escribir alguna historia en la que imaginaras a una chica ?

    ResponderEliminar
  4. Simplemente diré que para mí, la buena escritura es aquella en la que el escritor te sabe meter en la persona o personaje, te hace vivir la historia en primera persona...tú lo has hecho y con eso queda todo dicho. Saludos.

    ResponderEliminar